viernes, 21 de noviembre de 2008

Adentrándonos en territorio peligroso



Antonio Salas y Roberto Saviano. Periodistas e investigadores. Español el primero e italiano el segundo. A día de hoy no se conocen personalmente, pero sus vidas han tomado la misma senda: la de la huida por haber tirado de la manta y descubrir cómo transcurre la vida de los mafiosos y violentos, sean la Camorra italiana o los ultraderechistas Ultras-Sur. Sus trabajos de investigación han obtenido el reconocimiento masivo de la sociedad, pero ¿Han conseguido algo más? La respuesta es no. Estos grupos seguirán actuando impunemente mientras los estratos más altos del poder y la justicia les sigan teniendo protegidos e ignoren sus fechorías.
Sin embargo, Antonio y Roberto no están solos. Jacobo Rispa y Matteo Garrone, jóvenes directores de cine ambos, han hecho caso omiso a las amenazas de muerte que han recibido los periodistas desde que se dieron a conocer sus respectivas obras y se han sumado a la causa de conmocionar a la sociedad -aún más si cabe- y denunciar la inmunidad que tienen estos grupos que campan a sus anchas por las principales ciudades de España e Italia, asesinando a quien se ponga enmedio si lo consideran necesario.
Jacobo se encargó de llevar a la gran pantalla este libro basándose en las fuentes que aparecen en el documental del mismo nombre, emitido por Telecinco en 2005 (1ª parte del documental, 6:35) y en el cual se puede ver una gran selección de escenas tomadas con cámara oculta filmadas por el propio Antonio Salas. Es el auténtico punto de vista de quien ha logrado infiltrarse sin levantar sospechas en un grupo de la derecha más extrema. Parapetado tras una falsa identidad, construyó un personaje lo suficientemente convincente como para ganarse la confianza de sus iguales y vivir desde dentro la terrible realidad de los cabezas rapadas. Contaba cada día que salía de "cacería" con sus "camaradas" como si fuera el último. Un mínimo error y en esa jornada podía darse por terminado el documental y su vida.
La causa de este estudio en profundidad fue la muerte de su compañero de trabajo y hermano de su novia a manos de unos skins cuando estaban realizando un reportaje. Movido por la sed de justicia, Antonio se infiltró en el grupo mediante un chat haciéndose llamar TIGER88, sin levantar ninguna sospecha durante un año, con el objetivo de descubrir qué miembro de esta banda fue el asesino de su amigo fallecido.
Lo de Antonio salas fue un acto de valor como pocos se recuerdan. Pero esta historia no es ficticia, es real, por lo que no exige un guión con final feliz. Cuando finalmente consigue llegar a Martín Solano, uno de los principales ideólogos y llamado a ser el nuevo führer, no cuenta con que muchos neonazis no llevan las cabezas rapadas y que ocupan puestos de responsabilidad en nuestra sociedad,incluso en la policía. Y cuando los que protegen de los malos acaban protegiendo a los malos, las reglas del juego cambian radicalmente en ese momento y no hay nada que hacer... salvo recoger las pertenencias y salir huyendo.

Trailer de Diario de un Skin (1:13)

Por su parte, Roberto Saviano anduvo por otros territorios y se codeó con gente que a simple vista pueden parecer normales, pero que cuentan con una notable sutileza a la hora de llevar a cabo la vendetta si una persona les falla. Porque, al igual que en Ultras Sur, la mafia forja dentro de sí tres términos: Poder, odio y sangre. Éstos son los “valores” a los que tienen que enfrentarse cada día los habitantes de las provincias de Nápoles y Caserta. Casi nunca se puede elegir, casi siempre se está obligado a obedecer las reglas del Sistema, la Camorra, y sólo los más afortunados pueden pensar en llevar una vida “normal”.
A diferencia de Diario de un skin, aquí son cinco las historias que se entrecruzan en este paisaje violento; un mundo despiadado, aparentemente alejado de la realidad, pero bien enraizado en esa tierra. Es una película que retrata sin paliativos el horror del crimen organizado. El planteamiento, valiente, es el de una completa desmitificación de la cuestión, desengañar al espectador acerca de los tratamientos románticos y elegantes de cierto cine estadounidense. Aquí no hay espacio para la fascinación, porque lo que nos quiere mostrar Matteo es la rutina mafiosa, donde brilla lo moral por su ausencia: negocios corruptos para llenarse los bolsillos, utilización de las personas para fines horribles, degradación de la sexualidad, negación del valor de la vida, sometimiento de las personas, incluidos casi niños, condenadas a ser parias si no aceptan determinadas reglas del juego...
Producción real como la vida misma a modo de documental, el autor abraza al espectador y le enseña las evoluciones de los distintos personajes, dentro de una sociedad anclada en las últimas décadas del siglo XX donde impera el miedo y la hipocresía. Paralela a la odisea de Antonio por las calles de Madrid, se muestra una trama que nadie parece tener interés en desmontar, en parte por los miles de millones de euros que mueve, incluso dentro de negocios legales. En medio del terrible, desolador panorama que se nos muestra, Garrone incluye personajes que se rebelan ante el estado de cosas; héroes anónimos que no conseguirán el fin de la Camorra, pero al menos suponen la constatación de que para la gente de a pie hay una forma correcta de hacer las cosas, aunque suponga ganar menos dinero, quedar fuera de juego.

Trailer de Gomorra (2:24)

Diario de un skin y Gomorra. Dos reflejos de la sociedad que no se observa a simple vista, pero con la cual convivimos diariamente. Dos hombres y un sólo destino: la huida de la injusticia. La lucha por sus vidas.

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